El cantautor inglés tocó durante dos noches consecutivas en el WiZink Center, dando así a conocer su música ante un gran número de personas.
Ha pasado algo más de una semana desde que Willie J Healey se estrenó en Madrid, teloneando a Arctic Monkeys en la etapa europea de su gira The Car.
La tarde del martes 11 de julio, la pista del recinto ya se encontraba llena cuando Willie salió al escenario, mientras que los asientos ubicados en las gradas se empezaban a ocupar en un WiZink cargado de emoción y expectación.
Tras subir al escenario saludando a los asistentes, Willie, acompañado por Casper Miles en la batería, Chris Barker en la guitarra, Harry Deacon en el bajo y Callum Merret en los teclados y apoyando con la guitarra en alguna canción, comenzó a sonorizar el palacio de deportes con canciones como True Stereo (Twin Heavy; 2020) o Little Sister, track de su próximo LP Bunny, que será publicado en agosto de este año.
Su presencia en el escenario resultaba desenfadada y su carisma era más que evidente, el británico no tardó nada en ganarse al público.
La actuación avanzaba a medida que Willie demostraba su versatilidad y su encanto con un repertorio de canciones que abarcaba distintos estilos, adornados con diversos matices.
Pasando de himnos indie-rock a canciones llenas de vitalidad y ritmos contagiosos, tales como Sure Feels Good (Bunny; 2023).
Dejándose llevar por las melodías, el público no tuvo problema alguno en disfrutar durante el show del británico, que sin duda alguna estaba calentando motores para la actuación que le procedía.
El dinamismo del cantante con los músicos de su banda parecía acordado al milímetro, acompasándose entre ellos y transmitiendo esa confianza y energía al público.
La puesta en escena era sencilla, pero no hizo falta nada más. Los juegos de luces, complementados por los movimientos de los músicos, lograron llenar la inmensidad del recinto, aportando así una dimensión artística adicional al set.
La interpretación de Tiger Woods (Bunny; 2023) fue un punto culminante en la velada, gracias a la estética nostálgica y melódica de la canción.
La dulzura de Thank You atravesó al público, en una interpretación que destacaba la voz del cantautor británico con total emotividad. Bajando del escenario al interpretar la canción, Willie se paseó por la barricada, haciéndose fotos con algunos de los asistentes, abrazándoles o tomándoles de la mano.
Tomando algún que otro minuto entre ciertas canciones, el británico compartió varias intimidades con el público, mostrando su agradecimiento por el cálido recibimiento que el público le estaba brindado y expresando su gratitud por la oportunidad de estar allí esa noche.
La audiencia ya era parte imprescindible del show cuando llegó el encanto de Dreams, otra de las canciones pertenecientes al próximo álbum del cantante. La música resonaba, manteniendo una atmósfera fascinante que había empezado a construirse con la primera canción.
La recta final del setlist incluyó Songs for Joanna y Fashun, dos de las canciones que forman parte de Twin Heavy, el segundo disco del británico, publicado en 2020.
Willie demostró que no tiene dificultad a la hora de conseguir establecer complicidad con un público, en el que posiblemente la mayor parte acabara de descubrir su música.
Su actuación no solo cumplió con las expectativas que recaen sobre un telonero, si no que también demostró su talento y su carisma como un artista independiente.
Su concierto fue una auténtica celebración musical en la que todos podían formar parte, pues a pesar de todo, la música es capaz de unir de formas en las que nada, ni nadie más, es capaz de hacerlo.